La inteligencia naturalista es la que se refiere a la habilidad para
entender el mundo natural. Quienes poseen esta habilidad son
observadores y amantes de la exploración y experimentación de nuestro
entorno natural. Como ejemplos tenemos a los biólogos, veterinarios,
ornitólogos, ambientalistas, entre otros.
Es muy importante que desde el nivel pre escolar se refuercen los lazos
de amor por la naturaleza, pues así tendremos futuros defensores de
nuestro medio ambiente y no depredadores. Debemos aprovechar que los
niños conservan una tendencia biológica e instintiva a establecer un
vínculo con el mundo natural donde encuentran una serie de cualidades
únicas: una realidad que no ha sido creada por el hombre.
Es importante saber que estudios han arrojado que los animales son los
protagonistas del 90% de los sueños de los niños menores de 6 años.
Además, los niños tienen una especial cercanía con las crías; les
despiertan sentimientos de ternura e instinto de protección. Entonces,
tomemos ventaja de esto.
Las plantas que los niños pueden sembrar y cuidar en el biohuerto
escolar, los animales a los que pueden visitar en paseos a granjas
interactivas o zoológicos y hasta un parque donde pueden jugar al picnic
son ejemplos de actividades que gustan a los niños y que guardan
relación con la protección del medio ambiente.
Es más fácil que se relacionen con elementos de la naturaleza en forma
lúdica, con canciones, cuentos, visitas al campo, etc. Tal vez de este
modo, estemos frente a los futuros defensores de la naturaleza o
científicos. Es importante que la biofilia (atracción hacia todo lo que
está vivo) no se convierta en una biofobia (ausencia de empatía con los
demás seres vivos) y los adultos somos los encargados de evitar que esto
suceda, para ello proponemos algunas actividades sencillas de realizar
para empezar a acercar a nuestros niños a la naturaleza:
- Ir al parque, recoger hojas caídas y armar un álbum con ellas en casa.
- Ir a la playa, explorarla (animales, vegetación, geografía), jugar con arena y agua.
- Llevar a casa piedritas redondas y decorarlas con pintura.
- Visitar tiendas de mascotas para que el niño conozca los animales de cerca.
- Leer cuentos sobre animales o elementos de la naturaleza.
- Cantar imitando a los animales u otros elementos.
- Sembrar una planta en una maceta y cuidarla.
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